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Restitucion


Ser cristiano y crecer como tal, implica tener una clara visión de lo que ello equivale. A través del aceptar a Cristo como Salvador, se nos otorga el don o el regalo de la salvación de nuestra alma; se nos da la oportunidad de llegar a ser parte de la familia de Dios. Sin embargo, es necesario que vivamos “cerca de la Palabra de Dios” para llegar a conocer la verdad acerca de la verdadera condición de nuestra naturaleza humana, y la cual aún está contaminada por los efectos e influencia del pecado. Esa naturaleza pecaminosa se manifiesta cada día, y ello es por medio de los detalles cotidianos de nuestra vida. A través de las circunstancias de adversidad, dolor, y maltrato, fácilmente se pueden observar esas tendencias e inclinaciones pecaminosas que brotan del ser interno, y esto, puede ser en un grado menor o mayor; la molestia, enojo, disgusto, depresión, tristeza, resentimiento, ansiedad, pleitos, y orgullo.... son algunas de las evidencias de ello. RESTITUCIÓN 2 Llegar a ser un cristiano ejemplar y tener un influyente testimonio de ello ante los demás, implica un arduo trabajo diario a través de un proceso de Oración que lleve a la transformación, solo de esta manera podremos obtener “cambios radicales, de raíz o definitivos” en relación a nuestra conducta, hábitos, actitudes y reacciones inadecuadas. Dios desea que obtengamos una transformación diaria. Esa transformación se logra por medio de llevar todo tipo de falta y pecado delante de Dios, confesarlos, arrepentirse de ellos, y además, solicitar la aplicación de la Sangre de Jesucristo, el Fuego del Espíritu Santo, y las Aguas del Nombre, Muerte y Vida de Jesús sobre cada uno de ellos, y pedir a Dios sean transformados y adquieran la naturaleza original, que tenían antes de que el pecado los contaminara. Este trabajo diario, se llama: El Proceso de Transformación, que implica la crucifixión y muerte de cada pecado de nuestra vida diaria. En parte, a esto se refirió el Apóstol Pablo cuando dijo: “Yo cada día muero” 1 Corintios 15:31. En muchos casos el creyente no esta consciente de la realidad pecaminosa de su corazón. Sin embargo Dios en Su palabra establece: “Engañoso es el corazón mas que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” Jeremías 17:9 “Porque de dentro del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los HURTOS.... etc.” Marcos 7:21-23 Son muchas las semillas de pecado que se anidan “dentro del corazón” del creyente aún, y solo esperan una condición adecuada para ser motivadas, nacer, y crecer. Una de esas semillas, son las semillas pecaminosas del hurto o robo. Es necesario entonces aprender en estas breves notas, acerca del hurto, y la restitución o “indemnización” de esa considerable falta.



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